MURALLAS y DEFENSAS MILITARES


Pamplona








 

Pamplona tuvo históricamente un marcado carácter militar defensivo. A partir de las guerras de religión en Francia y en los siglos XVI-XIX,  Pamplona es el bastión defensivo de España contra Francia. Lo había sido desde que Pompeyo amuralló Pamplona y Carlomagno hubo de franquear las murallas con dificultad a finales del siglo VIII.

la Ciudadela

Las fortificaciones de Pamplona fueron consideradas por los monarcas españoles a partir del siglo XVI - tras el forzado cambio dinástico de 1512 - como el primer baluarte defensivo del territorio peninsular. En la citada fecha, Fernando el Católico (1452-1479 -1516) consideró que las defensas de Pamplona no reunían las condiciones idóneas para resistir las modernas técnicas bélicas que Francia estaba protagonizando y que ésta podría utilizar para desalojar a los castellanos de Navarra reinstaurando la legítima dinastía de los Foix-Grailly-Béarn, vasallos del rey de Francia por razón de los extensos feudos y otros territorios que éstos mantenían en Francia. Desde época medieval, los burgos de la ciudad estaban protegidos por murallas reforzadas por torres cúbicas, además de las que se alzaban sobre las parroquias como San Cernin, San Nicolás o San Lorenzo. Existía además el castillo, ya anticuado, que Luis I, rey de Navarra (1305-1316) y de Francia (1314-1316) había ordenado construir en 1308 en la actual plaza del Castillo junto a la Bajada de Javier.

Poco después del intento frustrado de recuperación del trono por Juan de Albret en octubre de 1512, Fernando el Católico en el año 1513 ordenó comenzar la modernización de las fortificaciones de la ciudad, construyendo a este efecto un nuevo castillo - el castillo de Santiago - adelantado hacia el sur donde hoy se encuentra el antiguo Archivo General de Navarra, su jardín y la Basílica de San Ignacio de Loyola. Se ideó con planta cuadrada, con potentes torreones cilíndricos en los ángulos, muros en talud, garitones en mitad de los mismos y rodeado de un profundo foso. Se puso a prueba en 1521, en el tercer intento de recuperación del trono, en este caso por parte de Enrique II de Navarra Albret Foix-Grailly (1503-1517-1555), con la determinante ayuda de su futuro suegro el rey de Francia François I (1494-1515-1547), acérrimo enemigo del emperador Carlos V del que un día sería su prisionero en la Torre de los Lujanes en Madrid. En esta ocasión, la ciudad y después el nuevo castillo capitularon ante el francés André de Foix, señor de l’Esparre o Asparros, quedando herido en este asedio el guipuzcoano Ignacio de Loyola que estaba al servicio castellano del Duque de Nájera y fue hecho prisionero. Los habitantes de Pamplona prestaron entonces juramento de fidelidad al soberano navarro Enrique II el 19 de mayo de 1521.

Fue el emperador Carlos V quien inició la modernización de las murallas de Pamplona transformándolas en una fortificación abaluartada, de acuerdo con las innovaciones del arte de la guerra, otorgando a la ciudad el carácter de plaza fuerte. En su época se trabajó en los lienzos oriental y septentrional de la muralla, que corresponden a los frentes de Tejería, la Magdalena, Francia y Rochapea. En su reinado se datan los baluartes de Labrit y del Redín, además de los portales de Francia - que lleva las armas del Emperador - y de la Rochapea, éstos ejecutados en 1553 durante el virreinato del duque de Alburquerque (1552-1558).

Con Felipe II (1527-1556-1598) la fortificación de Pamplona sufre un impulso decisivo con la construcción del "castillo nuevo" o Ciudadela y los lienzos de murallas que la unen a las ya existentes, obras que sus sucesores habrían de completar y modernizar en los siglos XVII y XVIII. Las fortificaciones de Amberes y de Turín debieron servir de modelo en los proyectos de construcción de la ciudadela de Pamplona

portada de acceso principal

 




 


 

 

 

Pamplona 1845 

 


























visita de Felipe IV a las murallas de Pamplona

Juan Bautista Martínez del Mazo
(1611-1667)






los fosos

portal del Abrevador, de Francia o de Zumalacárregui




Pamplona medieval

Amberes

las fortificaciones de Amberes y de Turín debieron servir de modelo

en los proyectos de construcción de la ciudadela de Pamplona

 

Amberes

Amberes

 

Turín